Oración de David pidiendo purificación

Oración de confesión y súplica de David cuando pecó y siente en cuerpo y espíritu el peso de su culpa.

Después que se llegó a Betsabé, vino a él Natán el profeta. Salmos 51 RVR 1960.

Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.

Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado.

Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí.

Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos;  para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio.

He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.

He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo,  y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.

Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve.

Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido.

Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades.

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.

No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu.

Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente.

Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, los pecadores se convertirán a ti.

Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; cantará mi lengua tu justicia.

Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.

Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto.

Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

Haz bien con tu benevolencia a Sion; edifica los muros de Jerusalén.

Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada; entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.

josue 2
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