1ra. de Samuel 2: 1-10 RVR 1960

1 Y Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová,

  Mi poder se exalta en Jehová;

Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos,

  Por cuanto me alegré en tu salvación.

2 No hay santo como Jehová;

  Porque no hay ninguno fuera de ti,

  Y no hay refugio como el Dios nuestro.

3 No multipliquéis palabras de grandeza y altanería;

  Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca;

  Porque el Dios de todo saber es Jehová,

  Y a él toca el pesar las acciones.

4 Los arcos de los fuertes fueron quebrados,

  Y los débiles se ciñeron de poder.

5 Los saciados se alquilaron por pan,

  Y los hambrientos dejaron de tener hambre;

  Hasta la estéril ha dado a luz siete,

  Y la que tenía muchos hijos languidece.

6 Jehová mata, y él da vida;

  El hace descender al Seol, y hace subir.

7 Jehová empobrece, y él enriquece;

  Abate, y enaltece.

8 El levanta del polvo al pobre,

  Y del muladar exalta al menesteroso,

  Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor.

  Porque de Jehová son las columnas de la tierra,

  Y él afirmó sobre ellas el mundo.

9 El guarda los pies de sus santos,

  Mas los impíos perecen en tinieblas;

  Porque nadie será fuerte por su propia fuerza.

10 Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios,

  Y sobre ellos tronará desde los cielos;

  Jehová juzgará los confines de la tierra,

  Dará poder a su Rey,

  Y exaltará el poderío de su Ungido.

josue 2
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