El rol de las emociones en nuestra espiritualidad

¿Cuántas veces te has sentido confundido(a), en cuanto a no saber expresar tus emociones, y poder determinar si es pecado o no?

Las emociones tienen mucha importancia moral, pueden ser espirituales y pueden indicar el carácter de la persona que las experimenta. Reflexionar sobre ellas nos puede ayudar a crecer espiritualmente, a su vez sirven para promover el aprendizaje en determinadas situaciones y así emitir respuestas adecuadas en situaciones parecidas en el futuro. 

Si no tuviéramos la capacidad de sentir y expresar nuestras emociones, posiblemente la vida seria aburrida; la felicidad, la vergüenza, el gozo, los remordimientos, el afecto y muchas otras emociones hacen que la vida sea interesante. Nos dan diversidad, Dios nos creó de esa forma con un propósito divino del cual nosotros mismos somos responsables de trabajar y corregir a medida que aprendemos de la Palabra de Dios y maduramos espiritualmente. 

Me encanta lo que dice Peter Scazzero en el texto: “El viaje de la transformación genuina hacia una espiritualidad emocionalmente sana, se inicia con el compromiso de permitirnos ejercitar nuestros sentimientos. Es una parte esencial de nuestra humanidad y personalidad como hombres y mujeres creados a imagen de Dios. Las Escrituras muestran a Dios como un ser emocional que siente, es decir una persona. Como fuimos creados a su imagen, también fuimos diseñados con el don de sentir y experimentar emociones”.

Dios es el Creador personal y poderoso que habla al hombre. Dios nos hizo a su imagen: con personalidad, con el poder de comunicarnos, con la capacidad de ser creativos. La intención de Dios es que la obediencia y que el amor caracterice las relaciones humanas emocionales, quizá sean las más predominantes por decirlo así, y que los seres humanos estemos unidos los unos a los otros a través del vínculo del amor. 

¡El hombre fue creado con cualidades que lo capacitan para ser y hacer de un modo finito lo que Dios es y hace de un modo infinito! Te invito a conocerte a ti mismo. Estadísticamente la mayoría de las personas que mueren no se conocen a sí mismas, el autoconocimiento es importante en nuestra vida.

Adriana Carvajal

Port St Lucie, Florida, EE.UU.

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