Día dos de cuarentena me deja una reflexión

Tiene que llegar un virus a nuestro país y encerrarnos en casa para que compartamos en familia y pasemos en nuestros hogares, tal vez hasta poder almorzar en familia y realizar tareas conjuntas que hace tiempo no lo hacíamos, en estos dos días no sé ha escuchado de asaltos o algún tipo de crímenes con violencia, lamentable que un virus nos enseñe que se puede ser mejor personas. Vayamos Durante estos días he visto y debatido con muchos ministros y hermanos que si se cierra el templo, si se realiza cultos o no, entrando en un debate innecesario dado que la iglesia somos el cuerpo de Cristo y creo que donde estemos o vallamos Él estará con nosotros.

Jesús le dijo a la Samaritana que el busca adoradores que lo adoren en espíritu y verdad. Tuvo que venir un virus para que las redes sociales sea ese instrumento para bendición de la predicación de la palabra que este mensaje llegue a donde tal vez no puede ser escuchado, un virus nos está dejando no más débiles.

Sin temor a equivocarme creo que esto nos hará más fuertes, más unidos a los que extrañamos la familia que está lejos sea mamá, papá, hijos o hermanos, y que no los tenemos cerca nos deja el gran precio de saber cuánto vale su compañía, su amor, cariño, cuando los tenemos con nosotros; pero no sabemos valorar.

Un virus nos está demostrando que tan frágil es la vida que tenemos que encerrarnos huir para no ser contagiados, que el dinero, el apellido o el estatus social no sirve de nada, que da lo mismo ser joven o ancianos, niños o adultos, somos vulnerables porque somos seres humanos mortales para este mundo; pero eternos para el propósito de Dios.

Me he preguntado ¿de dónde salió este virus? sea de donde venga estoy seguro que con una sola finalidad, está presente en nuestro mundo, es para anunciar que el hombre necesita volver su mirada a su Creador al Dios de los cielos.

Este virus pasará tal vez pronto y volvamos a la normalidad, muchos volverán a su maldad; pero tarde que temprano tendrás que bajarte de este viaje llamado vida, eres tu quien decide donde pasar no una cuarentena o ser encerrado por unos días si no por toda la eternidad. El virus que más mata y condena gente se llama pecado, la única vacuna es la sangre de Cristo bendiciones.

Luis Enrique Salazar.

Milagro, Ecuador.

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