Se necesita sabiduría divina para que la tolerancia y la paciencia no se conviertan en permisividad. La permisividad hace que lo relevante se convierta en inoportuno. Es la manera más sutil de arrastrar tus principios y valores al precipicio. La permisividad se vuelve perversidad cuando abre paso a la maldad e ignora el derecho ajeno. Ella sale a bailar cuando la severidad se va de vacaciones y la impunidad compra el boleto. Cuidado, porque puedes despertar luego de generaciones sin frenos, cuando ya todos estén programados a ignorar, omitir, dejar que resbale, voltear la cara y tomar analgésicos para mitigar.
Entendamos que cuando lo dejamos pasar pesa y solo entonces: LA VIOLENCIA se nota cuando tiene apellido, LA MALDAD cuando soborna, EL PECADO cuando tiene precio, LA BURLA cuando termina en suicidio, LA OPRESIÓN cuando explota, LA CORRUPCIÓN cuando te afecta; LA POBREZA, cuando te apesta; LA INFIDELIDAD se nota cuando duele; EL MALTRATO cuando no te avergüenza; EL TRÁFICO DE INFLUENCIAS cuando conviene; LA MENTIRA se nota cuando te cuesta todo; LA MEDIOCRIDAD cuando denigra; EL DESCARO se nota cuando cuando hay que desacreditar; EL IRRESPETO cuando marca el alma; LA DESHONRA cuando amenaza; LA INSENSATEZ cuando rompe el orden; EL DESAMOR cuando es propio. Cuidado A QUE LE DAMOS PERMISO porque no todos los errores que se corrigen con plata, dicen que los arquitectos con plantas, los abogados con papeles, los pintores con técnicas, y los médicos con tierra.
No todo se resuelve orando, accionemos! No solo es juntar las manos, sino las voluntades!! UNA SOCIEDAD, UNA NACIÓN, UN CORAZÓN que no le permiten a DIOS entrar y guiar sus vidas, y solo lo dominguean y buscan como a salida; llamándolo como a un 911, está expuesta a ver al mismo enemigo haciendo guerra o haciendo fiesta!!
SI DIOS NO ES PARTE DE LA EDUCACIÓN está fuera de la TRANSFORMACIÓN!
Pastora Lucy Cosme
República Dominicana