La Palabra de Dios registra varios hombres encadenados por espíritus inmundos que al ver al Señor Jesús pasar, se aterrorizaban y le reconocían a voces como el Santo de Dios, pero el Señor, le reprendía, y le echaba fuera. Esto me dice a mí, que no es solo importante reconocer a Jesús como Dios, como un único con autoridad para liberarnos, sino, que es menester que nos postremos ante Él, para adorarle y servirle obedientemente.
Precisamos dejar que su Trono y Señorío se establezca en nuestros corazones, porque Él solo entra donde le abren la puerta, porque no es un salteador ni ladrón para forzarla al entrar, El Señor Jesús precisa corazones abiertos y dispuestos a recibir de Él todos los beneficios que implica pertenecer a su Reino.
El mundo está siendo removido, Dios nos enseña nuestra realidad vana y pasajera, nos está diciendo, que podemos disponer y hacer planes, pero que solo Él, tiene la última palabra, por lo que es necesario postrarnos ante su majestad, y alinearnos a sus propósitos para nuestras vidas, a fin de que podamos avanzar, pero esta vez, por el camino correcto, que es; Cristo Jesús.
Te invito a que juntos postremos nuestros corazones en adoración al Rey de reyes y Señor de señores, a aquel que tiene la llave de la vida y la muerte, y portador de la última palabra, para el que no existen imposibilidades; Jesús. Gracia y Paz. Mc 1:23-28; Ap 3:7; Prov.16:1-7.
Scarlett Ramírez.
Santo Domingo, República Dominicana.
