Conferencia: Matrimonio, Jardín de Rosas (Parte 2)

Cuida tu jardín, riégalo cada día con  palabras de afirmación, de admiración, aprobación y expresiones de amor hacia tu pareja, pero no solo digas que amas, demuéstralo con acciones. Ama con un amor práctico, no solo  teórico. Quita los pétalos marchitos de la rutina y procura que en tu rosal las raíces sean profundas, las ramas sean fuertes y que las flores tengan buenas fragancias.

Recordemos  aquella  tradición en las ceremonias nupciales, donde se esparcen pétalos de rosas rojas por todo el trayecto que van a recorrer los novios hasta  llegar al  altar, simbolizando que en ese matrimonio nunca morirá el amor, ni se apagará la pasión, siendo este el significado de las rosas de color rojo.

Entonces, ¿es o no el matrimonio un jardín de rosas? claro que siiii!, tu  matrimonio es un camino de rosas! con la salvedad de que las rosas tienen espinas, pero no dejes de disfrutar tus rosas, por temor a  las espinas. Solo pon cuidado de éstas, y disfruta tu jardín.

Por tener espinas, no dejan de ser de rosas, siguen siéndolo, con  hermoso aspecto y fragantes olores a pesar de sus espinas, pero no todo es malo, quiero que sepas que esas espinas son necesarias para mantener a salvo las rosas. Esas protuberancias, las cuales realmente, se les llama aguijones, porque las espinas tienen otras características, para el caso que nos ocupa es lo mismo; están para proteger las rosas de los animales depredadores, para cuando se acerquen le pinchen la lengua y así no puedan dañarlas.

Pues te voy a dejar aquí algunas espinas, que son necesarias en tu matrimonio, y digo espinas, porque como seres humanos, nos duele tener que utilizarlas, pero las necesitamos:

A) Reconocer que fallamos, hay que tener la suficiente humildad para aceptar que nos equivocamos, que no siempre tenemos la razón.

B) Perdonar las ofensas de nuestro cónyuge, cuando me refiero al perdón, no lo hago como una manera que aceptar malos tratos y seguir ahí hasta esperar la muerte, no, me refiero a sanar el corazón, a no albergar rencores, no perdonar es como tomarse un veneno y pensar que el otro se va a morir, el Señor nos manda a perdonar.

C) Menguar, hay ocasiones en las que va a tener que ceder la razón, aun teniéndola, para que la relación no se dañe. El matrimonio no es una lucha de poder y de intereses, cada uno es un complemento del otro y quien tiene la capacidad de menguar es un afortunado. Dice la Biblia que la blanda respuesta aplaca la ira (Proverbios 15:1)

Tu matrimonio sigue siendo una bendición de Dios aun con desacuerdos, aun con situaciones, con altas y bajas, tu esposo (a) sigue siendo un regalo de Dios para ti.

La relación matrimonial no puede convertirse en algo asfixiante, debe haber unidad y acuerdo, sin manipulación, todo lo que se ejerza sin equilibrio va a traer problemas, debe existir un equilibrio en todas las áreas de nuestra vida.

Hay hombres  y mujeres que creen que compraron una propiedad, no, usted tiene una vida que la va a unir a la otra persona y van a establecer acuerdos, el Señor quiere unidad en medio de la diversidad.

Los hombres y las mujeres llegan al matrimonio con sueños y  anhelos, que muchas veces se convierte en una realidad de dolor, de sufrimientos y desengaños. Alguien me decía en una oportunidad, que algunas veces ese jardín de rosas  lo quería convertir en un enterradero.

El matrimonio no es fácil, pero es si factible, si le dijeron que era fácil, permítame decirle que le mintieron, sabemos que no es cosa sencilla, pero es realizable.

Si ponemos a Dios en el centro de nuestro matrimonio, si le entregamos  el gobierno de nuestras vidas, el Señor nos dará herramientas y sabiduría para continuar.

 Vamos a esforzarnos para lograrlo en el nombre de Jesús y al final poder llevarnos el trofeo de tener un matrimonio y una familia bendecida para la gloria de Dios.

Pastora  Juana Contreras.

Santo Domingo, República Dominicana.

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