La compartimentación de la vida del creyente
Entre la herencia y la conducta humana existe una relación muy cercana; es importante saber que la conducta directamente, no es producto solo de nuestra herencia, podemos heredar de nuestros padres y madres las características físicas con que nacemos, tales como el color de la piel, el color del cabello, color de ojos y estatura física, entre otros.
Ahora, la conducta en sí misma es aprendida. Si en el hogar un niño observa que sus padres se portan bien, no pelean, no hablan mentiras, no usan vicios malos ni practican hábitos malsanos, no critican ni hablan mal de los demás delante de ellos; ese buen comportamiento observado en su núcleo familiar va a incidir muy positivamente en su vida. Del mismo modo, en la conducta espiritual, cuando los hijos ven que los padres oran, ayunan, leen su Biblia, esos valores espirituales de seguro que van a ser aprendidos por ellos y repercutirán en el futuro. Los jóvenes en sus procesos de desarrollo y crecimiento irán internalizando esos valores a su conducta.
Existen dos puntos fundamentales escritos por el autor Peter Scazzero, los cuales son clave:
- Las bendiciones y pecados de nuestra familia, volviendo dos o tres generaciones, tienen un profundo impacto en quienes somos en el presente.
- El discipulado demanda dejar de lado los modelos pecaminosos de nuestras familias de origen y volver a aprender cómo vivir a la manera de Dios en la familia de Dios.
“El camino para una espiritualidad emocionalmente sana da que estos componentes bíblicos principales sean centrales para nuestra comprensión de lo que significa ser un seguidor de Jesús”.
Tenemos un gran nivel de responsabilidad en cuanto al desarrollo de nuestra madurez emocional, para obtener una vida espiritual saludable y óptima. El autor hace mención acerca de una frase muy impactante “Retroceder para poder avanzar”, mirar el pasado aclara el presente, aunque muchas veces es doloroso pero necesario. Muy pocas personas trabajan duro en retroceder para poder avanzar, los síntomas de una espiritualidad inconexa (incoherente) es muy común en la actualidad.
El poder identificar los errores de nuestros padres, abuelos, bisabuelos, y trabajar en nosotros las conductas erróneas aprendidas de ellos es realmente maravilloso porque de una forma u otra nos capacitamos y preparamos para subir a un nuevo nivel espiritual y emocional en nuestra vida, dejando atrás aquello lo cual nos estorba para lograr obtener una vida plena.
¿Cuáles son los desafíos que enfrentamos cuando retrocedemos, y las bendiciones que podemos alcanzar posteriormente?
Adriana Carvajal
Port St Lucie, Florida, EE.UU.