¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar,
Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.
Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día;
Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
Salmos 139:7-12. (RVR1960)